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¿𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗗𝗔𝗩𝗜𝗗 𝗘𝗥𝗔 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗢𝗥𝗠𝗘 𝗔𝗟 𝗖𝗢𝗥𝗔𝗭𝗢𝗢́𝗡 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦?

  • Foto del escritor: Habitandoensupresencia Habitandoensupresencia
    Habitandoensupresencia Habitandoensupresencia
  • 2 ago 2023
  • 5 Min. de lectura


Siempre que se menciona al rey David, mi mente evoca la imagen del adolescente que, confiando en la fuerza de Jehová, usó una honda para matar al gigante Goliat de una pedrada. Después, fue a la guerra, ganó muchas batallas e hizo muchas hazañas. Sin embargo, también está registrado en la Biblia que cuando David se convirtió en rey de Israel hizo matar a Urías y luego tomó a su esposa, Betsabé. Por tanto, el carácter justo de Dios cayó sobre David y, a través del profeta Natán, Dios le habló diciendo, “Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa, porque me has despreciado y has tomado la mujer de Urías Hitita para que sea tu mujer” (2 Samuel 12:10). El rey David había pecado y Dios lo había castigado. Entonces, ¿por qué alabó Dios después a David y dijo que era un hombre conforme a Su corazón? Me sentí muy desconcertado por esto. Para entenderlo, busqué y encontré muchos versículos en la Biblia. A través de la búsqueda, finalmente encontré la respuesta.


El rey David se arrepintió ante Dios.


Sólo a través de la biblia llegué a entender que, cuando Dios dijo que el rey David era un hombre conforme a Su corazón, quiso decir que la esencia de David estaba de acuerdo con la voluntad de Dios. Aunque David había cometido una transgresión impulsiva, era capaz de arrepentirse de verdad. Está registrado en la Biblia que, después de cometer su pecado, el rey David oró a Dios, diciendo: “Vuelve, oh Jehová, libera mi alma. Sálvame, por Tu misericordia” (Salmos 6:4). “todas las noches inundo de llanto mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama” (Psalm 6:6) El rey David sintió un profundo remordimiento a causa de su pecado, y cada día se arrepentía y confesaba, ayunaba y oraba ante Dios, y oró para que Dios fuera misericordioso. Estas palabras durante la oración, “todas las noches inundo de llanto mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama” muestran hasta qué punto se arrepentía y cuánto se odiaba a sí mismo.

Tmbién está registrado en la biblia que: “El rey David era ya viejo, entrado en días, y lo cubrían de ropas pero no entraba en calor. Entonces sus siervos le dijeron: Que se busque para mi señor el rey una joven virgen para que atienda al rey y sea quien lo cuide; que ella se acueste en tu seno y entrará en calor mi señor el rey. Se buscó a una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita y la trajeron al rey. La joven era muy hermosa; ella cuidaba al rey y le servía, pero el rey no la conoció” (1 Reyes 1:1-4). En sus últimos años, el rey David no podía dormir bien, así que sus sirvientes se encargaron de que una virgen increíblemente bella ayudara a calentarle la cama, pero el rey David nunca la tocó. Con esto vemos que David se dio cuenta de su propia transgresión, se arrepintió y cambió por completo, de tal modo que nunca volvería a cometer el mismo pecado. David no era un israelita ordinario; era el rey de Israel, poseía tanto estatus como poder. A lo largo de toda su vida, sin embargo, sólo cometió ese único acto de relaciones sexuales ilícitas, y siendo quien era, ocupando semejante posición, debió ser extremadamente difícil para él no cometer más transgresiones que aquella. Esto demuestra que el rey David tenía un corazón temeroso de Dios. Después de haber sido castigado por Dios, nunca más se atrevió a tratar Su palabra con desprecio o a hacer algo que pudiera ofender el carácter de Dios, y mucho menos a avergonzar el nombre de Dios. Considerando la actitud del rey David hacia su transgresión y su grado de arrepentimiento, vemos que sus relaciones sexuales ilícitas con Betsabé fueron una transgresión momentánea. Su esencia, sin embargo, era la de un buen hombre y, desde la antigüedad hasta nuestros días, se podría decir que ningún rey ha superado a David.


A partir de las experiencias del rey David, llegó a tener un entendimiento real del carácter justo de Dios. Llegué a la conclusión de... “Independientemente de si Dios está expresando ira o misericordia y benignidad, son la conducta, el comportamiento y la actitud que el hombre tiene hacia Dios en el fondo de su corazón lo que dicta aquello que se expresa por medio de la revelación del carácter de Dios”.


El carácter justo de Dios es vivo y real. Cuando David tomó a la esposa de Urías, el castigo de Dios cayó sobre él, y esto nos muestra que Dios es justo, santo y no tolera ofensa; cuando David se arrepintió de verdad de sus obras, Dios se apiadó de él, le mostró clemencia y continuó guiándolo y estando con él.

El rey David sólo cometió ese error y luego pudo arrepentirse de una manera así de desgarradora. Además, nunca volvió a cometer el mismo error en toda su vida.

Las palabras que el rey David dijo a su pueblo están recogidas en la Biblia: “La obra es grande, pues el palacio no es para el hombre, sino para Jehová Dios” (1 Crónicas 29:1). “Con toda mi habilidad he provisto para la casa de mi Dios, el oro para las cosas de oro, la plata para las cosas de plata, el bronce para las cosas de bronce, el hierro para las cosas de hierro, la madera para las cosas de madera; también piedras de ónice, piedras de engaste, piedras de antimonio, piedras de varios colores, toda clase de piedras preciosas y piedras de alabastro en abundancia. Y además, en mi amor por la casa de mi Dios, el tesoro que tengo de oro y de plata, lo doy a la casa de mi Dios, además de todo lo que ya he provisto para la santa casa” (1 Crónicas 29:2-3). David ensalzó a Jehová delante del pueblo, diciendo: “Bendito seas Tú, Jehová, Dios de Israel, nuestro Padre, por los siglos de los siglos” (1 Crónicas 29:10). También está el salmo escrito por David que dice: “Porque el celo por tu casa me ha consumido, y los vituperios de los que te injurian han caído sobre mí” (Salmos 69:9).


Durante la Era de la Ley, la obra de Dios en la tierra se hizo para que el hombre acudiera ante Él y le adorara. El rey David era el que más entendía el corazón de Dios y el que más consideraba su voluntad. El deseo de toda la vida del rey David era construir un templo para Jehová, para que el pueblo pudiera acudir ante Dios y adorarle, y así dejara de pecar al adorar a Satanás o a los ídolos. . El rey David tenía un corazón que temía y amaba a Dios; era considerado con la voluntad de Dios y capaz de tratar como urgente aquello que Dios consideraba urgente y de pensar igual que Dios. También fue capaz de pagar un alto precio y dedicarse a Dios. De las Escrituras se desprende que el rey David puso todo su corazón y todas sus fuerzas en disponer todo lo necesario para la construcción del templo, y ofreció toda la riqueza que había acumulado. Aunque el rey David nunca pudo construir ese templo en vida, instó a su hijo Salomón a continuar y lograr el sueño que no había podido cumplir durante su vida, y así el templo fue construido al fin.


¿Cómo no iba a estar satisfecho Dios con el rey David, un hombre tan considerado con la voluntad de Dios y que tenía un lugar para Dios en su corazón?


Por todo esto y más, David, era conforme al corazón de Dios.


 
 
 

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